Pernocté 3 noches, durante Semana Santa y la experiencia ha sido muy agradable. Tanto que si vuelvo alguna vez, seguramente repita.
Es céntrico, limpio y el dueño o empleado que lo regenta muy amable y dispuesto a ayudarte en cualquier duda que tengas.
Ofrece un desayuno por 2 euros, que aunque mejorable, si no quieres perder mucho tiempo en buscar fuera algo mejor, te compensa.
La habitación era amplia y con baño completo, aunque no era lujosa, sí muy cómoda.
Al estar dentro de las murallas, el problema lo tienes para aparcar el coche, pero si preguntas al chico de recepción, te informará sobre dónde aparcar relativamente cerca.
Si hay que ponerle alguna pega, es que no tiene ascensor. Y aunque las escaleras son cómodas de subir, si te toca el tercero como a mí y no eres muy deportista, pués como que cuesta un poco.
Si no se tiene problemas de movilidad o no es una pega muy grande la falta de ascensor, lo aconsejo 100x100.