El Sr que nos recibió, cuyo nombre creo que es René fue extremadamente amable, intentó ayudarnos y explicarnos en todos los aspectos posibles, fue sencillamente encantador. Sin embargo, la calidad de las toallas deja mucho que desear y no nos las cambiaron en las tres noches que estuvimos allí; hay que tener en cuenta que era una habitación triple, estaba lloviendo, y con tanta humedad no se lograba secar las toallas. Ni siquiera nos tendían las camas, así que la limpieza era más que superficial