Aparte del olor a tabaco, que a mi no me molesta, la estancia fue cómoda y agradable. La habitación espaciosa y la cama confortable, no tan blanda como estamos acostumbrados, pero probablemente más sana. Y sobre todo, UN 10 PARA EL PERSONAL DE RECEPCION, al que agradecemos toda la ayuda que nos dispensaron durante nuestra estancia. Y personalmente a la señorita QI sin la que no habríamos podido solucionar algunos problemas fuera del hotel (tarjeta SIM, excursión a Lushan, restaurante occidental, etc.).